El equipo de Javier Aguirre fue derrotado en paneles por el Athletic Bilbao, 4-2.
SEVILLA.- En una noche repleta de pasión y nerviosismo, el Athletic Bilbao se proclamó campeón de la Copa del Rey, poniendo fin a una sequía de cuatro décadas. El Estadio La Cartuja en Sevilla fue testigo de un encuentro histórico, marcado por la dramática actuación del equipo y la dirección del técnico mexicano Javier Aguirre por el Mallorca.
La final, disputada ante 60,000 espectadores en las gradas y otros 40,000 en la Fan Zone, prometía ser un evento memorable. El Athletic, con su rica historia en el torneo, buscaba redimirse tras perder cinco finales seguidas, mientras que el Mallorca anhelaba su segundo título copero.
La tensión previa al partido se intensificó debido a un altercado entre aficionados de ambos clubes, reflejando la ferviente rivalidad existente.
Javier Aguirre, el estratega mexicano del Mallorca, se convirtió en el centro de atención gracias a su activa presencia en redes sociales y su estilo único, ganándose el cariño de seguidores españoles y mexicanos por igual.
El partido estuvo marcado por varios momentos decisivos. El Mallorca se adelantó con un gol de Dani Rodríguez al minuto 20, pero el Athletic respondió con un tanto que fue anulado.
En la segunda mitad, Nico Williams y Oihan Sancet combinaron para igualar el marcador, llevando el juego a un tenso empate.
Tras un 1-1 al término del tiempo reglamentario, la prórroga mantuvo a todos al filo de sus asientos. La definición llegó en los penales, donde el Athletic Bilbao triunfó 4-2, culminando así su glorioso retorno al podio del futbol español.
Para la afición del Athletic, la victoria significó un desbordante júbilo y un suspiro de alivio tras largos años de espera. A pesar de la derrota, Javier Aguirre y el Mallorca se despidieron con la cabeza alta, tras haber luchado valientemente hasta el último instante.