El Villareal tuvo oportunidad de dar la vuelta al Barcelona en “La Cerámica”, pero fue más efectivo Memphis Depay al 88’ y posteriormente Philippe Coutinho de penal en el agregado para el 1-3 final.
VILLAREAL.- Un triunfo de prestigio, en La Cerámica ante el Villarreal, el segundo consecutivo en LaLiga, mantienen el “efecto Xavi” y confirman la reacción del Barcelona, ganando lejos del Camp Nou en la competición doméstica seis meses después y asaltando la zona europea de la clasificación como su primer paso de reconstrucción.
Con una identidad más definida y adecuada a la historia del Barcelona, pero también con altas dosis de sufrimiento como ante el Espanyol, Xavi Hernández firmó su pleno de triunfos en Liga en un momento en el que el partido pudo caer para cualquier bando.
A dos minutos del final, cuando el Villarreal pagó su falta de acierto en el remate en un gran partido de fútbol con un continuo intercambio de golpes, apareció Memphis Depay como salvador.
El delantero neerlandés aprovechó una mala cesión entre centrales para robar el balón tras un saque en largo de Ter Stegen y extender su gran racha goleadora. Decisivo con sus tantos en cuatro jornadas consecutivas, hasta ocho en LaLiga para situarse a dos del máximo artillero del campeonato, Karim Benzema.
Antes, Frenkie de Jong se había reencontrado siete meses después con el gol, liberado en su fútbol con Xavi al mando, y Samu había igualado el duelo en una segunda mitad trepidante.
El brasileño Coutinho provocó y firmó la sentencia de penalti en el tiempo añadido (1-3), en una derrota que devuelve la inestabilidad a un Villarreal que cae a la decimosegunda plaza, lejos de sus objetivos. Reclamó una mano clara de Gerard Piqué dentro del área y un agarrón de Eric García a Raúl Albiol en acciones que alimentarán la polémica posterior.