El conjunto ibérico no pudo conservar la ventaja y terminó conformándose con un punto
GRANADA, España.- Cuatro meses después, el vendaval de fútbol con el que España vapuleó a Alemania para acceder a la fase final de la Liga de Naciones se convirtió en juego previsible y con poca llegada, para iniciar con un tropiezo inesperado el camino a Catar 2022, cediendo un empate 1-1 en el Nuevo Los Cármenes ante Grecia en un choque marcado por la decisión de un extraño penalti.
Un fogonazo repleto de calidad había cambiado el rumbo de un partido al que Grecia inyectó anestesia para modificar la identidad de la España de Luis Enrique. Un segundo para pensar a Koke le costó caro al conjunto heleno. Balón picado al espacio y la aparición de una figura necesaria si se quieren rememorar tiempos de éxitos recientes, la de un matador. La primera aparición de Morata tardó 33 minutos en llegar, pero fue letal. Control de pecho y remate de zurda arriba sin dejar caer el balón. El problema parecía resuelto.
La cita no dejaba intuir sufrimiento por su inicio esperanzador. Con intensidad y mucha movilidad, presión alta y asfixiando a un rival que pasó de ser protagonista en sus últimos partidos a ser sometido sin más respuesta que defenderse. Luis Enrique confirmó en el once el relevo en la portería, con Unai Simón por delante de David de Gea.
Los gustos del seleccionador están por encima de los momentos del jugador en algunas ocasiones. Ocurre con Eric García, prácticamente apartado en el Manchester City tras negarse a renovar y titular con España por la baja de Pau Torres. Entre los dos está el acompañante de Sergio Ramos en la Eurocopa. No hay tiempo que perder y pocos partidos para asentar una pareja que duró una parte porque el capitán anda renqueante.
El dominio no fue sinónimo de buen fútbol porque España se atascó tras un buen inicio. No se cumplía el minuto dos cuando Dani Olmo cabeceaba sin precisión, encontrándose el balón, al centro desde el costado derecho. Y antes del cuarto de hora Koke perdonaba una doble ocasión, sin poder superar el muro defensivo con sus disparos desde el punto de penalti.
No hubo continuidad al juego y a Luis Enrique no le gustaba la parsimonia de su equipo. Se hizo previsible el juego, sin desbordar por los costados, con posesión estéril. Ni un uno contra uno de Ferrán ni Olmo, que despertaba a todos con una acción individual. Su latigazo lo repelió el larguero un minuto antes de que Koke inventase la acción del gol.
Pero a España le faltó continuidad e inspiración. Una fecha compleja, con los internacionales jugándose mucho en sus clubes. Un partido de clasificación a un Mundial sin haber disputado aún la Eurocopa. Numerosos cambios en el regreso tras cuatro meses de parón. Morata lo remataba todo. Desde fuera del área chutó al lateral de la red. Quería más en su deseo de demostrar que merece ser el 9 indiscutible de la selección.