El equipo estadounidense, liderado por Christian Pulisic, demostró su superioridad ante un rival que perdió los nervios.
LAS VEGAS – Estados Unidos se impuso por 3-0 a México en las semifinales de la Nations League de la Concacaf, en un partido marcado por la violencia y las expulsiones.
El equipo estadounidense, liderado por Christian Pulisic, demostró su superioridad ante un rival que perdió los nervios y el control del juego.
Control estadounidense
El partido se disputó en el Allegiant Stadium de Las Vegas, escenario que fue testigo de una nueva derrota de México ante su acérrimo rival, que ya le había arrebatado el título de la Copa Oro el año pasado.
El primer gol llegó al 36’, cuando Pulisic aprovechó un error en la salida y un rebote fortuito para batir a Guillermo Ochoa con un disparo raso. El capitán estadounidense celebró con euforia su anotación, que le dio confianza a su equipo.
En el segundo tiempo Pulisic volvió a aparecer para marcar el segundo gol. El jugador del Chelsea recibió un pase diagonal de Weah al 46’ y definió con clase ante la salida de Ochoa.
La situación se complicó aún más para México cuando César Montes vio la tarjeta roja directa por una entrada violenta sobre Folarin Balogun al 69’. El árbitro no dudó en expulsar al central mexicano, además Weston McKennie también se fue expulsado.
El tercer gol fue obra de Ricardo Pepi, el joven delantero que eligió jugar con Estados Unidos en lugar de México. Pepi entró de cambio al 75’ y tres minutos después anotó tras un pase de Sergiño Dest.
La derrota fue un duro golpe para México, que sigue sin poder vencer a Estados Unidos en los últimos años. El equipo dirigido por Diego Cocca mostró una imagen pobre y decepcionante, que le costará recuperar la confianza y el prestigio.