Después de que la Liga MX cambió sus protocolos de seguridad después de los recientes brotes dentro de algunos clubes, ahora pedirán pruebas cada 10 días en vez de 15, sin embargo, el infectólogo Jeser Lezama, ve más conveniente que sea cada 5 días.
MÉXICO – Conforme van pasando los días dentro de la Liga MX, la organización cada vez recibe noticias más inquietantes por los clubes, quienes siguen reportando contagios por Covid-19 dentro de sus plantillas, por lo que el torneo de Guard1anes 2021 correría un evidente peligro de clausurarse si no se corrige apresuradamente las fallas dentro de los protocolos sanitarios impuestos.
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La Liga MX acaba de aclarar que de ahora en adelante los exámenes de Covid-19 serán exigidos cada 10 días, sin embargo, los especialistas no lo ven como una medida favorable para la competencia, por lo que recomiendan que el tiempo sea menos prolongado y se minimice a cinco días de máximo margen de una prueba a otra, así lo aclaró el infectólogo Jeser Lezama.
"Tomando en cuenta que los partidos se juegan cada ocho días ahí ya no hay una lógica de protección entre las frecuencias de la toma de las pruebas si es que se realizan cada diez días. Yo diría que si los partidos se juegan cada ocho días la frecuencia de pruebas tiene que ser todavía más estrecho y más frecuente, el tiempo indicado es hacer pruebas cada cinco días; es un tiempo que me parece bastante lógico si el jugador va a estar participando en un partido cada ocho días", declaró.
Lezama también dio otra solución factible y que podría bajar el margen de infecciones notoriamente dentro de la Liga MX, pues la opción sería que la organización también interviniera en el seguimiento de los familiares de los jugadores, de esta forma tendrían un mejor manejo para intentar frenar los contagios.
"No nada más es hacer pruebas por hacer pruebas, hay que tener toda una logística dinámica que se adapte a cualquier área del país; por ejemplo aquí en la Ciudad de México estamos en una zona de muy alto riesgo y no es lo mismo que ciudades donde están en semáforo naranja o amarillo, cada protocolo debe adaptarse a la tasa de transmisión local. Evidentemente tiene que llevar un orden, lo primero es el rastreo de síntomas tanto del futbolista como de la gente con la que convive estrechamente, estar monitorizando de manera estrecha con las pruebas para dar seguimiento a todos los contactos que esa persona tuvo una semana antes de haber salido positivo; suena un poco complicado, pero no hay otra forma de poder reducir la tasa de contagio en una situación como el fútbol donde forzosamente tenemos que concentrar a las personas para los entrenamientos y los partidos”, agregó.