El árbitro dio el silbatazo final justo antes de que Bellingham anotara, evitando la remontada de los merengues.
VALENCIA.- El Real Madrid logró un agónico empate a dos goles ante el Valencia en un partido lleno de emociones, polémicas y tensión. El brasileño Vinicius fue el héroe y el villano de los blancos, al anotar los dos tantos que evitaron la derrota, pero también al provocar a la afición local con sus gestos y festejos.
El Valencia sorprendió al líder de LaLiga con una gran primera parte, en la que se adelantó con goles de Hugo Duro y Yaremchuk, que aprovecharon las debilidades defensivas del Madrid. El equipo de Baraja dominó el juego y estuvo cerca de ampliar la ventaja, pero Vinicius recortó distancias en el último suspiro del primer tiempo, con asistencia de Rodrygo.
El gol del brasileño cambió el panorama del partido, que se volvió más abierto y disputado en la segunda parte. El Madrid buscó el empate con insistencia, pero se encontró con un Valencia bien plantado y con ocasiones para sentenciar. Vinicius volvió a aparecer en el minuto 76, al rematar de cabeza un centro de Bellingham y lograr el 2-2, en una jugada que tuvo que ser revisada por el VAR por un posible fuera de juego.
El tanto desató la ira de la grada, que ya había mostrado su rechazo a Vinicius por un supuesto episodio de racismo el año pasado. El brasileño respondió con un gesto de ‘no escuchar’, encarando a los aficionados.
El partido entró en una fase de locura, con una grave lesión de Diakhaby y un penalti anulado al Valencia.
Además, el silbante marcó el pitazo final justo medio segundo antes de que entrara a portería un balón rematado por Bellingham, por lo que no contó la anotación y incluso el inglés fue expulsado por protestar. El árbitro pitó el final con el 2-2 en el marcador y con los ánimos caldeados en Mestalla.