Su partida deja un vacío inmenso; Zagallo fue un pilar histórico del deporte.
El viernes marcó el adiós de una leyenda para el fútbol brasileño: Mário Jorge Lobo Zagallo, a los 92 años, tras una lucha contra la insuficiencia orgánica múltiple. Como un tributo a su legado indiscutible, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha decretado tres días de luto nacional.
Zagallo, nacido en 1931 en Maceió, destacó como jugador y entrenador, siendo el único en la historia en alzar la copa mundial en cuatro ocasiones: dos como jugador, una como entrenador y otra como asistente técnico. Su influencia abarcó generaciones y continúa resonando en el corazón del fútbol brasileño.
El velorio se celebra en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol, con el último adiós programado para el domingo en el cementerio de Sao Joao Batista. Su partida deja un vacío inmenso; Zagallo fue un pilar histórico del deporte, como lo expresó Ednaldo Rodrigues, presidente de la CBF, al decretar siete días de luto oficial.
Su legado se extiende más allá de las fronteras de Brasil. La Conmebol también lamentó su pérdida, resaltando su figura como una leyenda del fútbol. Clubes como el Santos rindieron homenaje en redes sociales, recordando su contribución y su pasión por el número 13, dejando un emotivo mensaje de despedida.
La partida de Zagallo deja un hueco imborrable en el fútbol mundial. Su espíritu incansable, su amor por Brasil y su entrega inquebrantable marcaron un camino que seguirá iluminando el deporte rey en los años venideros.