La contienda por la unificación del título súper mediano que mañana, sábado, van a disputar el mexicano Saúl 'Canelo' Álvarez y el inglés Billy Joe Saunders se proyecta como la que establezca una nueva marca de asistencia de aficionados en la historia del boxeo estadounidense.
ESTADO UNIDOS - La contienda por la unificación del título súper mediano que mañana, sábado, van a disputar el mexicano Saúl 'Canelo' Álvarez y el inglés Billy Joe Saunders se proyecta como la que establezca una nueva marca de asistencia de aficionados en la historia del boxeo estadounidense.
Al menos eso es lo que informó Eddie Hearn, promotor del combate, que se va a celebrar en el AT&T Stadium, de Arlington (Texas), la casa de los Cowboys de Dallas, de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL).
Hearn reveló durante una conferencia de prensa que la venta de entradas para ver el combate entre 'Canelo' y Saunders superará las 70.000, lo que le permitirá batir todas las marcas anteriores de asistencia a un combate de boxeo en Estados Unidos dentro de un recinto deportivo cubierto.
El récord anterior quedó establecido hace 42 años, en septiembre de 1978, cuando se registró una asistencia de 63.352 aficionados que presenciaron la revancha por el campeonato de peso pesado entre los estadounidenses Muhammad Ali y Leon Spinks, en el Superdome de Nueva Orleans.
Según los informes, la asistencia establecida por la revancha Ali-Spinks se basa en las entradas vendidas. La Comisión Atlética de Texas, que regula el boxeo en este estado, publicará su informe oficial de las entradas que se vendan para el combate entre Álvarez y Saunders varias semanas después de que se haya celebrado.
Lo que si está también garantizado es que será el evento deportivo con mayor asistencias de aficionados que se haya dado en Estados Unidos desde que se declaró la pandemia del coronavirus en marzo del 2020.
"Sin duda será un gran evento, uno de los eventos más importantes en los que he estado involucrado", destacó Hearn. "Una demostración del poder que tiene el deporte del boxeo cuando organizas grandes peleas y se hacen bien las cosas".
Hearn reiteró que "espero que lo que vivamos en sábado por la noche sea una atmósfera deportiva que nunca olvidaremos".
Esta será la tercera vez que Álvarez (55-1-2, 37 nocáuts) pelea durante la pandemia de COVID-19.
El ídolo mexicano derrotó al inglés Callum Smith por decisión unánime ante una asistencia oficial de 11.426 aficionados el 19 de diciembre en el Alamodome de San Antonio.
Dos meses después, reunió aproximadamente a 15.000 aficionados que asistieron al fuera nocáut técnico que Álvarez le infligió al turco Avni Yildirim de Turquía, el 27 de febrero en el Hard Rock Stadium, de Miami Gardens (Florida).
En ambos combates, la venta de entradas se restringió por motivos de los protocolos de salud y seguridad del Covid-19, todo lo contrario de lo que sucede con la pelea del sábado, que ha sido libre y el aforo del AT&T Stadium es de 100.000 espectadores, incluidos los que tendrán que permanecer de pie.
Por su parte, Álvarez, de 30 años, reiteró que se siente "muy agradecido" por la manera como siempre responden los aficionados a sus peleas y ante Saunders espera no defraudarlos.
Antes de su pelea de unificación contra Saunders, de 31 años, (30-0, 14 nocáuts), Álvarez peleó en el AT&T Stadium, en septiembre del 2016, ante otro púgil inglés, Liam Smith, con una asistencia anunciada de 51.240 y 46.115 que pagaron entrada, la mayor en los 15 años de carrera del campeón mexicano.
Pero las asistencias de estadios cubiertos están muy lejos de las históricas que se dieron en recintos al aire libre como la de 135.132 aficionados que se registró en agosto de 1941 para presenciar el combate entre Tony Zale y Billy Pryor por el título mediano, en el Juneau Park, de Milwaukee.
El duelo entre Jack Dempsey y Gene Tunney, que se celebró en septiembre de 1926, en el Sesquicentennial Stadium, de Filadelfia, tuvo una asistencia anunciada de 120.557 aficionados.